Inbumche




Había sido arrestado un par de veces por robo en menor grado, pero como no existía justicia criminal, le dejaban libre al poco tiempo, pero esta vez la cosa fue más seria: la golpiza que le propino al muchacho casi lo llevo directo al hospital, lo mantuvieron encerrado en el cuartel durante 48hrs, esta vez creía firmemente que acabaría sus días en la cárcel,pero para su sorpresa fue nuevamente soltado por un fiscal incompetente . 
Una vez suelto camino hacia estación Mapocho, donde comenzaba la mejor parte del parque forestal, allí encendió un pito para calentar el cuerpo mientras esperaba la llegada de sus amigos, en un momento de silencio no pudo evitar imaginar cómo hubiera sido su vida antes del accidente, pero el grito ahogado de una mujer lo saco de sus ensoñaciones miro alrededor pero la oscuridad de la noche no lo dejaba ver bien, entonces volvió a escuchar un ruido, esta vez noto entre unos árboles dos figuras forcejeando, era algo que realmente no le interesaba saber, pero entonces una de las figuras se separó violentamente y corrió hacia donde el estaba, era una mujer con el rostro aterrorizado que le pedía ayuda, ella estaba a punto de alcanzarle pero la otra figura se deslizo tan rápido que en un pestañeo, ella desapareció de su vista, el pito había caído al suelo mientras permanecía pasmado y tratando de reaccionar ante lo que había visto, entonces apareció frente a él con el rostro ensangrentado de largos colmillos sobresaliente de su boca, intento arrancar pero el hombre había aparecido frente a él arrinconándolo con su propio cuerpo, fue entonces que sintió un dolor en su cuello y un líquido caliente comenzó a caer de su cuello, fue todo lo que pudo sentir antes de rendirse ante un pesado sueño.
Abrió sus ojos sorprendido ante el intenso dolor que sentía y que paralizaba sus entrañas, estaba colgado del techo completamente desnudo, en medio de una habitación con olor a sangre, de pie mirando los últimos restos de la noche estaba el hombre del parque.
Lo rodeo con una sonrisa y con la punta del dedo índice trazo el primer corte en su abdomen, la sangre comenzó a brotar lentamente mientras lamia la herida subido a un éxtasis que solo los de su especies viven, una vez satisfecho trazo otro corte en el pecho y otro y otro si dejar de mirar fascinado la expresión de horror, pero lo que más le gustaba eran sus gritos, siempre le gustaron los gritos, bebía de cada herida hecha, su lengua reptil absorbía como papel secante la sangre que manaba, después de unas 6hrs de gritos, sangre y temblor, decidió que ya había jugado lo suficiente, empujando su lánguido cuerpo como un péndulo:
— Después de un tiempo, se vuelve fastidioso — mirando la expresión desvalida de su víctima —esto de torturar… pero es necesario, todo es necesario.
Detuvo el balanceo de su víctima y saboreo nuevamente su boca, tomándose todo el silencio posible..
— A través de la sangre…yo te libero — y volvió nuevamente a crear heridas sobre las heridas, hacia el final de la noche, había cortado brazos y piernas, con sumo cuidado había cauterizado los muñones del pobre infeliz.
— A través del dolor intenso….solo atreves de este…— decía mientras se relamía las manos.
Con la misma brutalidad del principio cosió los parpados y la boca, para luego terminar marcando su piel con el símbolo del Wekufe, el demonio había terminado su trabajo, el que otrora había sido un hombre imperfecto ahora renacía como un imbunche que flotaba en medio de la habitación, no necesitaba miembros solo su mente perfeccionada a través del dolor extremo.

este cuento participo en pxrl tale de Baradit, la versión varia en el foro.

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