Cautiva




Despertó en la oscuridad, esa  oscuridad que casi devoraba todo, salvo por  una tenue luz proveniente de la minúscula ventana que irracionalmente estaba construida en el techo de lo que parecía ser una pieza pequeña
La habitación olía a humedad y a tierra,  se hallaba encima de un colchón cubierta solamente por un camisón, no podía ver absolutamente nada, instintivamente acerco sus manos y palpo su rostro, se dio cuenta entonces que tenía una tela que le cubría los ojos, intento levantarse apoyándose lentamente a la pared, el piso era terroso  y helado, siguió pegada a la pared recorriendo toda la habitación de izquierda a derecha, buscando alguna puerta por la cual salir, pero se le hacía difícil sin su vista, derrotada se arrodillo en el congelado piso, tratando de recordar lo último que hizo, pero los emociones sele agolpaban en su mente, trataba de ser valiente , pero tenía tanto miedo que desesperada grito todo lo que pudo, golpeo con sus manos las paredes, recito todos los garabatos que se sabía, pero no hubo respuestas, el silencio continuaba, la oscuridad también.
Diego había entrado a su habitación la cama estaba sin hacer y había una inusual cantidad de ropa tirada en el suelo, sin embargo llego directamente a sentarse frente al computador, y al encenderlo basto que diera un clik a un icono y una ventana se abrió mostrando a una muchacha con una venda en los ojos llorando en la oscuridad, su lengua humedeció sus labios y no pude evitar, aunque nadie lo supiera, aunque ella no lo sintiera roso su dedo en la imagen.
No recordaba si habían pasado horas o ya había pasado un día, recorrió una y otra vez la habitación memorizando con sus manos la forma de las paredes, cualquier detalle, cualquier hendidura y entonces escucho unas pisadas, se detuvo en seco, su respiración aunque trataba de contenerla  se aceleraba a cada segundo, estaba hasta incluso emocionada esperando que su captor abriera esa puerta tan esquiva y terminara con esto, pero los pasos continuaron alejándose del lugar, pensó en gritar nuevamente pero prefirió quedarse callada.
Diego había estado observando los movimientos de la muchacha, y cada vez que ella se movía, el reaccionaba saboreándose los labios, no podía describir la sensación que le producía ni menos dejar de mirarla, solo se apartaba de la pantalla para ir a trabajar.
No había sentido hambre en todo este tiempo, pero si quería ir al baño, la venda aún seguía en sus ojos y hasta el momento nadie había ido a verla, se apartó del colchón y se acercó a una esquina de la pared donde se bajó la ropa interior y con toda la indignidad del mundo se puso a llorar mientras hacía, entonces la puerta se abrió de golpe, y ella se levantó rápidamente, sintió los pasos que venían hacia ella e instintivamente, empezó a mover los brazos asestando golpes en el aire, Pero nada paso se quedó quieta para percibir algún ruido y fue entonces que fue empujada violentamente al suelo, mientras alguien se sentaba sobre ella:
-          No te muevas.
Fue lo único que escucho, entonces la venda que tenía sobre los ojos fue removida.
-          No gires la cabeza, no te atrevas a mirarme.
Un cuchillo carnicero apareció frente a sus ojos, estaba a punto de llorar nuevamente, pero se tapó la boca, la punta del cuchillo le roso el rostro dejándola manchada de sangre, sintió la respiración del hombre es un su oreja y sus manos acariciar sus muslos.
-          Cierra los ojos y pase lo que pase no te muevas
El hombre se levantó del piso, ella permaneció obedientemente en el suelo, entonces sintió que aquel hombre entraba nuevamente a la habitación y que arrastraba algo pesado con èl, era una mujer que lloraba y gritaba, apoyo la cabeza en el suelo, mientras luchaba por no llorar. El hombre vestía un overol blanco y tenía el rostro cubierto con una bolsa de aspillera, la mujer que había arrastrado  también vestía un camisón una vez que la amarro a la pared, volvió a irse.
-          Ya…se fue…-dijo la mujer.- abre los ojos.
La muchacha abrió sus ojos lentamente, frente a ella había una mujer de mediana edad  y vio que cerca de ella había una puerta abierta, todo el temor de su mente se esfume en un segundo, esta era la única oportunidad de poder escapar.
-          Voy…voy a escapar.— dijo algo temerosa.
-          No…no me dejes aquí.
-          Volveré… ¿Cuál es tu nombre?
-          Daniela.
-          El mío Camila, prometo regresar por ti.
Camila estaba a punto de salir de la habitación, cuando el hombre regreso y con un solo golpe la tiro al suelo, le agarro el cabello y la arrastro hasta el centro de la habitación.
-          Te gusta el dolor?
-          No…no por favor…no.
De su bolsillo saco el cuchillo y fue hacia donde Daniela estaba, la apuñalo tres veces en el vientre mientras la Daniela gritaba y escupía sangre, Camila grito al mismo tiempo, el hombre entonces la arrastro donde estaba Daniela ya muerta y la empapo con la sangre.
-          Ves lo que provocas cuando te portas mal?.
Desato las amarras de Daniela la arrastro fuera de la habitación dejando un charco de sangre, Camila aterrorizada no paraba de gritar y llorar, y entonces se dio cuenta que su raptor había dejado el cuchillo en el suelo, temblorosa escondió el cuchillo debajo del colchón justo al tiempo que su raptor regresaba, la empujo contra el colchón se montó encima de ella, y mientras rasgaba su camisón Daniela palpaba el suelo en busca del cuchillo, apenas lo hubo agarrado, apuñalo a su captor en la espalda varias veces, con toda la desesperación y rabia que sentía, cuando sintió que ya no respiraba empujo su pesado cuerpo hacia un lado, se levantó con dificultad y salió corriendo de la habitación, llego a otra habitación, donde había una ventana, una cama, todo normal y un espejo de cuerpo entero, cuando pudo verse toda demacrada, sucia y llena de manchas de sangre, se derrumbó en el suelo y lloro con todas sus ganas, sin embargo su raptor apareció tras de ella, sudado y enojado, le apuntaba con una pistola y descargo los tiros sobre Daniela, ella cayó al suelo inerte.
Entonces escucho una bocina, de la puerta que sería el closet aparecieron dos hombres con delantales blancos.
-          Felicidades Andrés has cumplido nuestra expectativa.
Andrés los miro desconcertado y confundido, detrás de él aparecieron dos hombres más de blanco y le quitaron el arma, lo sacaron de la habitación, mientras los otros hombres se agacharon y revisaron a Daniela.
-          ¿Puedes creerlo, un padre de familia, honrado se convierta en asesino?
-          La próxima será una dueña de casa- dijo el hombre

Ambos abandonaron la habitación

Comentarios

arjex dijo…
Inquietante y preciso.