El destino




La tormenta había llegado como vestigio de la gran hecatombe que yacía en el valle de los antiguos, de extremo a extremo  se extendían la capa infinita de cadáveres, entre la sangre  y las armaduras no se distinguía  entre amigos y enemigos.
Sael llevaba en sus espaldas a Bel, el peso de sus armaduras hacia que el esfuerzo fuera mucho mas terrible, la batalla a penas había terminado, el mundo se hacia espantosamente silencioso, pero sael  intentaba con porfía dejarse vencer por el manto negro de la parca , bel le había dicho que la llevara al bosque, pero el viaje se hacia cada vez mas lento ya que el guerrero debía soportar el cansancio de la batalla y el peso de su compañera,  de pronto tropezó con un cadáver y ambos se precipitaron hacia el lodo.
-         Es inútil sael…déjame aquí.
-         Me dijiste que te llevara con los ancianos…y eso voy hacer.
Sael la agarro del brazo y la llevo hacia un monto de arboles que se alzaban solitarios hacia el oeste, al menos las copas los cubrirían de la lluvia, agotado hasta del alma se apoyo en uno de los arboles y en un sueño obligado se abandono.


Se miraba la mano derecha una y otra vez, como si algún recuerdo lejano pudiera surgir de la nada, el colegio estaba a punto de terminar el verano recién  había comenzado y los días se estaba haciendo largos y perezosos , el recreo había comenzado, pero no tenia ganas de salir, se apoyo en la escalera del segundo piso, lo que le daba ventaja de poder mirar hacia la calle y de pronto se fijo en un muchacho que la miraba con intensidad, en ese instante no pudo definir que sensación le producía, pero había en esa mirada algo familiar, de pronto el viento comenzó agitarse levantando polvo y hojas y aquel hombre que la miraba ya había desaparecido.

La lluvia había golpeado con fuerza el valle haciendo correr la sangre y el lodo, de lejos se escuchaba el tintinear metálico de las gotas al caer sobre las armaduras.
-debo sacarte la armadura, es un peso innecesario y además debo saber de tus heridas. Dijo sael.
De apoco desabrocho una a una las correas que mantenía  la coraza de bronce que cubría su pecho, una vez sacado bel sintió realmente un alivio al verse liberada del peso.
-        - Aun tienes restos de la punta de la lanza que te atravesó el costado, por suerte no paso a llevar ningún órgano vital.
-       -   Ahora eres medico, guerrero. dijo bel cansada.
-         Parece que la tormenta continuara debemos hacer fuego o si no el frío nos matara.


Hoy decidió irse a pie algo el viento había levantado un pequeño remolino y el día prácticamente se convirtió en un día de otoño, por alguna extraña razón, caminaba en dirección contraria a su hogar, pero no la sorprendía de alguna forma sabia que pronto llegaría a un destino que cambiaría su vida, lo había sentido esa mañana al mirar su mano y al ver como el viento se agitaba violentamente, llego sin darse cuenta a una plaza de grandes arboles y en medio el hombre que la había estado mirando en el colegio, no aparentaba mas de 35 años y llevaba una chaqueta corta y  gris.
Estiro su mano en dirección de ella, esperando que la muchacha se le acercara, ella sin dudarlo tomo su mano, fue todo a su alrededor comenzó a distorsionarse, montones de imágenes  bombardearon su mente, sentimientos de ira, dolor y muerte, todas las vidas repetidas a lo largo de los siglos, cansada por el peso cayo en la oscuridad.



La tormenta había menguado convirtiendo la tierra en lodo pegajoso y pesado, Sael había abandonado armaduras y armas, para aligerar el peso y con partes de su camisa de lino vendo las heridas de Bel, sael se había apeado a un carromato, pero sin caballos que lo llevaran solo era una estructura inútil.
-         Me acuerdo la primera vez que te vi.-dijo sael_con nostalgia.
-         Imposible…que puedas… olvidarlo._ contesto
-         Era en el patio de entrenamiento verdad?._comento sael.
-        -  Si…el gran castillo del cuervo…estaba lista…sabes?, realmente pensé que moriría en la mazmorra._dijo Bel.
-         -  Si no fuera por el senescal que sabía que eras mujer, pero te escondió y te hizo vestir de hombre._dijo sael.
-        -  Ese …hombre…no …lo hizo por ser noble….dijo bel
-        - El bosque de los ancianos…por que quieres ir allí.-dijo sael cansado.
-        - Cuando una Weichafe …cumple su destino ….debe llegar al bosque






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